En julio de 1996 Sabeer Bhatia y Jack Smith, antiguos colaboradores de Apple, crearon HoTMaiL, uno de los primeros servicios de correo electrónico basado en la web que justificaba su nombre a raíz del lenguaje de programación utilizado en la Red, el HTML. Desde entonces han pasado muchos años, veinte, y se han producido cambios sustanciales, como la transformación de la plataforma en Outlook.com, un soporte modernizado y con valores añadidos de relumbrón, como por ejemplo un servicio de Skype integrado, la opción de trabajo en la nova o la posibilidad de disponer de un office 360.
Tal metamorfosis, así como la mutación del propio sector, incentivó una innovación casi obligada y acelerada por la aparición de otras empresas competidoras como Yahoo o Gmail. Y eso que el legado era potente: en tan solo un año de existencia, el inicio de sesión en el correo Hotmail alcanzó el medio millón de usuarios, mientras que un año después la cifra de internautas adheridos en este servicio gratuito llegó a los ocho millones, convirtiéndose así en el primer servicio digital en globalizarse a gran escala, lo que empujó al monstruo Microsoft a adquirir su firma.
Aunque su nombre ahora ha quedado en un segundo plano, todavía hay gente que conserva su cuenta, quizá para rememorar aquellos tiempos en los que el soporte era imprescindible para conectarse al clásico Messenger. El problema, no obstante, radica en la recuperación de los e-mails que han quedado en su bandeja de entrada, normalmente un pozo de nostalgia que los usuarios quieren rescatar y que, sin una hoja de ruta clara y concisa, resulta tarea imposible.
Es por este motivo que existen guías como la que ofrece Comose.net, un portal donde las curiosidades de los receptores quedan resueltas. Por ejemplo, y en lo que a la cuenta de Hotmail se refiere, el espacio presenta la antigua cuenta reina y brinda un abanico completo de los posibles problemas que el usuario se puede encontrar al realizar el inicio de sesión.
Autor: Redacción
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