La pasión turca del siglo XXI se encuentra en la cabeza. En el cuero cabelludo, para ser exactos, teniendo en cuenta que en el país otomano se halla la meca del injerto capilar de nuestros días. Al menos es así para muchos de los españoles, tendencia que los datos demuestran con creces: cada año, cerca de 10.000 ciudadanos pasan por alguna de las 250 clínicas del país intercontinental para dar fin a su calvicie, lo que equivale a un incremento del 300%.
Los beneficios que justifican el apogeo del injerto capilar en Turquía son diversos, pero se pueden sintetizar en una frase que siempre resulta apetecible para los oídos: gran calidad a un precio bajo. De esto se aprovechan no solo europeos, sino también clientes procedentes de países como Catar, Dubai o Arabia Saudí, lo que deja entrever que se trata de un negocio claramente al alza que, por un precio aproximado de 2.000 euros, da como resultado una cabeza otra vez frondosa.
Además de la vertiente económica, factible entre otras cosas gracias a la ayuda del Gobierno y en su afán para convertir el país en un destino del turismo sanitario, hay otros factores que explican el porqué el territorio turco se ha convertido en el paraíso de los alopécicos. Por ejemplo, un cliente que recurra a los servicios de una empresa como Capil, uno de los centros especializados con más experiencia en el sector, buscará valores añadidos como son los avances tecnológicos. Es en éste ámbito donde resalta la técnica MicroFUE, la última revolución de los injertos que, mediante la micro-cirugía, brinda ventajas como la disminución del dolor postoperatorio y del tiempo de recuperación, la inexistencia de cicatrices o un resultado natural y duradero. Y todo ello con mega-sesiones de más de 5.000 injertos, que al fin y al cabo es lo que otorga sentido al proceso.
El precio y el tratamiento son los grandes baluartes, en efecto, pero alrededor hay otros puntos a favor que no pasan inadvertidos. Dirigidos por el reputado Dr. Altan, el equipo médico de Capil, que ha realizado hasta el momento más de 3.000 operaciones, ofrece una atención total al cliente –se ocupa del viaje, el alojamiento y la asistencia- y una garantía de la operación que asegura la supervivencia del 98% de los injertos, así como un traductor español para que la comunicación no sea una barrera o la certeza que la intervención capilar tendrá lugar en un hospital con la acreditación internacional JCI.
Autor: Redacción
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