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El formar desde pequeños a los niños en estos conceptos permitirá que, en el futuro, sean conscientes de las decisiones económicas que toman y sabiendo qué pasos son los correctos
Economía. Ese es uno de los pilares que se necesitan introducir de lleno en la educación, desde los colegios, para que la educación financiera sea una realidad en próximas generaciones.
El problema es que, hasta ahora, solo se hablaba de economía a partir de cierta edad y, los conocimientos, se adquirían bien por cursar alguna carrera o especialidad que contuviera conceptos como los préstamos personales, los préstamos hipotecarios e incluso la ley de la segunda oportunidad o bien por necesidad al haber sido, por ejemplo, incluido en un fichero Rai o Asnef.
Esto ha llevado a que haya un par de generaciones que no termina de comprender cosas básicas y que acaban metiéndose en préstamos, créditos o incluso en operaciones que pueden complicarles la salud financiera de una forma que no son conscientes.
¿Por qué es necesario incluir o fomentar la educación financiera?
Porque al final, en familia o independizados, es una de las partes más importantes. Es la forma de poder llegar a crecer a todos los niveles sabiendo de dónde se parte, cuál puede ser la capacidad de endeudamiento y no poniendo en riesgo las finanzas familiares.
Un ejemplo claro es el de los vehículos. La opción de renting es una de las tendencias de los últimos años pero hay una parte de los que la seleccionan que no terminan de entender cuáles serán las condiciones del contrato. Este tipo de lecturas y de comprensión contractual es vital para cualquier documento que se firma y, para entender cuáles son las cláusulas, los términos, las implicaciones, etc. es necesario tener conocimientos básicos en economía.
Además de eso, ofrecer desde pequeños ciertos conocimientos está demostrado que luego repercute positivamente en la gestión de presupuestos familiares mejorando la capacidad de ahorro, la definición de objetivos más realistas a la hora de hacer compras, valorar de forma correcta los riesgos que se toman a la hora, por ejemplo, de operar en ciertos mercados con ciertos productos concretos.
El formar desde pequeños a los niños en estos conceptos permitirá que, en el futuro, sean conscientes de las decisiones económicas que toman y sabiendo qué pasos son los correctos para llegar a lo que muchos llaman el bienestar financiero, sabiendo reconocer las oportunidades, los problemas y, en caso de necesidad, tener herramientas para encontrar soluciones. Todo, sin necesidad de estrés o de decisiones precipitadas.
