|
Porque está claro que el ritmo del presidente no lo marca el presidente sino su Partido
Una de las constantes de las últimas semanas al analizar al líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, es el poco enganche e ilusión que está generando tras unos inicios espectaculares. Está claro que superar el legado de Pablo Casado, en argot político, estaba chupado. Pero el reto es obviamente generar ese valor añadido que muchos aún están esperando.
Galicia no es el resto de España. Allí en poco más de horas puedes ir de punta a punta de la Comunidad Autónoma. Puedes ver al paisano. Tienes, además, una red territorial del PP, similar a la que llego a tener CIU en Cataluña o aún tiene el PNV en Euskadi, que facilita tu labor. Recuerden que una encuesta reciente daba al nuevo presidente de la Xunta, un desconocido Alfonso Rueda, una nueva mayoría absoluta. ¿El bueno era Feijóo o es el Partido Popular en Galicia?
Esa pregunta es clave para conocer el camino de Feijóo en España. Porque está claro que el ritmo del presidente no lo marca el presidente sino su Partido. Feijóo engancha si engancha el partido. Y sí el partido no está dotado de una capacidad de ideas, tensión, incluso territorio el candidato anda cojo, muy cojo. Va siempre a remolque de la realidad.
¿Feijóo es lento o va lento? Quizás no es tema tanto del presidente si no de su equipo principal que no entiende de política real del s.XXI. No distingue el candidato un buen tema de un tema monótono. Defiende con la misma fuerza bajar los impuestos que la sedición. Lo primero gana votos lo segundo puede aburrir a las ovejas. Ilusionar no es aburrir. Gestionar no es atontar al votante. La gente quiere ideas, quiere conceptos, fáciles de entender y que repercutan en sus bolsillos, en su vida.
Entender la política actual es saber que la gente no quiere problemas. La gente quiere levantarse, a lo sumo trabajar, comer, echar un polvo y volver a dormir. Y para eso quieren pagar a unos políticos que no les traigan problemas. Simplemente se les solucionen. Aportar ideas como bajar impuestos les engancha, hablar del CGPJ, sedición u otros temas densos simplemente les enrabian. Y en política gana quien ilusiona, no quien cabrea. Feijóo da igual que sea lento o vaya lento. Tiene que enganchar o desaparecerá.
