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Miembros de la entidad soberanista se muestran preocupados por su falta de organización
El ‘procés’ ha pasado factura a los partidos políticos pero también a las entidades que persiguen la independencia de Cataluña. Uno de los casos más evidentes es el de la Asamblea Nacional Catalana (ANC). Con la subida del independentismo, la ANC se erigió como la principal entidad civil junto a Òmnium Cultural. Primero con Carme Forcadell y recientemente con Jordi Sànchez, la ANC asumió un papel destacado durante el ‘procés’. Ahora, cinco años más tarde, las cosas han cambiado y la ANC ya no es lo que era. Los constantes cambios en la dirección han descolocado a sus socios y simpatizantes. De hecho, miembros de la entidad que viven fuera de España se quejan de la falta de dirección y organización.
Desde el exterior, socios y simpatizantes de la ANC denuncian un abandono comunicativo por parte de la dirección. La falta de previsión afecta a los voluntarios ya que se organizan manifestaciones y otros actos con poca antelación. De aquí que ahora los actos sean organizados por la ANC y Òmnium. Finalmente, otro elemento que no gusta a una gran parte de sus seguidores es la postura adoptada en los últimos tiempos. Si bien, su anterior líder, Jordi Sànchez está en prisión, muchos critican que se haya priorizado los intereses particulares antes que el bien común.
Uno de los ejemplos más comentados es el de Carmen Forcadell. Aunque la expresidenta del Parlament ya no dirige la entidad, Forcadell nunca dejará de ser una de las caras visibles de la ANC. La acatación del artículo 155 no gustó a un sector de la entidad, sobretodo aquellos que viven fuera de España. Obviamente, la disminución de la capacidad de convocatoria de la ANC y su falta de organización, puede ser determinante en los resultados del 21-D, ya que la entidad liderada por Agustí Alcoberro no deja de organizar actos de campaña.
