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Altos cargos empresariales catalanes se han mostrado favorables al secesionismo y han realizado importantes aportaciones económicas
El año 2010 marcó el inicio del auge del independentismo catalán. Desde entonces, se han celebrado innumerables manifestaciones, campañas e incluso se han pagado multas contra los principales líderes del procés. Si bien es cierto que el dinero recaudado tiene su origen en las aportaciones económicas populares, un porcentaje muy elevado proviene de las empresas que respaldan el movimiento secesionista.
Uno de los nombres que ha aparecido en los medios de comunicación como el gran mecenas del independentismo es el de Josep Maria Matamala, también conocido como Jami. El empresario gerundense es dueño de una empresa -INCATIS- que en su día conseguía muchas subvenciones públicas. Entre ellas, la de un Ayuntamiento de Girona con Carles Puigdemont de alcalde. La amistad del tándem Puigdemont-Matamala ha perdurado y se ha fortalecido durante la estancia en la ciudad belga de Waterloo: el poder adquisitivo de Matamala ha sido clave, y Puigdemont le ha colocado como candidato al Senado de JxCat.
La empresa Grifols fue una de las pocas grandes marcas catalanas que no cambiaron su sede social durante la fuga de empresas de Catalunya. De hecho, fue la única compañía del IBEX 35 que mantuvo su sede social en la comunidad autónoma. El máximo responsable de la empresa, Víctor Grifols Roura es un reconocido independentista, y cuando Artur Mas inició el procés fue de los primeros en darle su apoyo público. Más tarde, el pasado mes de noviembre, Victor Grifols reclamó la celebración de un referéndum independentista. Cabe recordar que Grifols es la empresa que posee el monopolio de la sangre en España, y es el tercer mayor productor del mundo de plasma sanguíneo. Sin duda, una de las empresas más potentes del panorama español.
Sol Daurella también forma parte de la corta, pero potente, lista de empresarios que han coqueteado con el independentismo catalán. En su día, la presidenta de Coca-Cola European Partners formó parte del Consejo de Diplomacia Pública de Catalunya (Diplocat) y aunque nunca ha mostrado su apoyo público al independentismo, está claro que su ideología es próxima al movimiento. Además, Sol Daurella está casada con el ex vicepresidente del FC Barcelona, Carles Vilarrubí, uno de los directivos más independentistas de la entidad azulgrana. El marido de Daurella dimitió el 1 de octubre del 2017, cuando el club decidió jugar un partido contra Las Palmas pese a las cargas policiales que se efectuaron durante la celebración del referéndum del 1-0.
