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El club ampurdanés ha pedido disculpas por lo ocurrido pero no entiende el boom mediático generado
El pasado fin de semana, el primer equipo de fútbol del Club Esportiu Llançà consiguió subir a la Segunda Catalana, un hito histórico para esta pequeña población de la comarca del Alto Ampurdán (Girona). El caso es que la noticia ha salido publicada en los principales medios de comunicación del país, y no por el aspecto deportivo.
Tras ganar el partido que le enfrentaba a l’Atlétic Bisbalenc, los jugadores y directivos de la CE Llançà celebraron el ascenso de categoría por todo lo alto: rúa por las calles del pueblo y una fiesta en una conocida discoteca de Empuriabrava. Hasta aquí todo, más o menos normal.
El problema llegó cuando el secretario del club, Francesc Romero decidió contratar a una stripper (bailarina profesional) para que ofreciese un baile privado a los jugadores en los mismos vestuarios. De hecho, el mismo Romero ha manifestado que su “único error” ha sido no pedir permiso al Ayuntamiento de Llançà, ya que el estadio es un equipamiento municipal.
Tras disculparse con el alcalde Pere Vila, Romero ha asegurado que “la noticia ha tenido un ruido excesivo” y que nadie de la junta directiva estaba al caso de la contratación de una stripper. En este sentido, Romero ha asegurado que se hará cargo de la factura.
El show privado fue grabado por alguno de los presentes -jugadores, directivos e incluso familiares- y evidentemente ha generado mucha polémica. En dicho vídeo se puede ver a la stripper haciendo un baile erótico bajo la atenta mirada de los futbolistas. Algunos tranquilos y otros más exaltados, pero en ningún momento se aprecia ningún gesto obscenos hacia la bailarina.
El encargado de contratar a la mujer ha confirmado que él mismo se aseguró que ningún menor de edad viera el espectáculo. “Hubo cava, risas y alegría, pero hizo su espectáculo tranquilamente y al acabar se vistió y se marchó. Todo con normalidad”, añadió Francesc Romero.
La polémica celebración de la entidad catalana ha suscitado multitud de reacciones contrarias. Ante el boom mediático generado, el club decidió emitir un comunicado. “Desde el CE Llançà queremos pedir disculpas si en algún momento alguien se ha sentido ofendido por los hechos que ocurrieron en los vestuarios una vez finalizado el partido del primer equipo. Fue un regalo que hizo una persona, y en ningún caso el club participó”, dice el escrito publicado el pasado martes en las redes sociales del club.
