Louis Aliot: ‘La única estrategia del gobierno francés contra el virus es la incoherencia’

Este diciembre se cumple medio año de la elección de Louis Aliot como alcalde de Perpiñán. Un inicio de mandato influenciado inevitablemente por la pandemia global de la Covid-19, una crisis sanitaria, y por lo tanto económica y social, que no ha desviado los objetivos de Aliot y su equipo de gobierno: “Los ciudadanos de Perpiñán me eligieron para poner a la ciudad de pie y sé que no tengo un minuto para perder. Este es mi único desafío y lo único que me importa a mí, pero también a todo el equipo que me rodea. Tenemos que trabajar duro y no tengo ninguna duda de que así es cómo lo lograremos. Tendremos éxito con y para la gente de Perpiñán”.

¿Cómo es la situación de la pandemia en Perpiñán?

La situación está controlada por el momento, estoy hablando obviamente basándome a lo que dicen los médicos y las autoridades sanitarias. Lo que veo, sobre todo, es un gran sentido de responsabilidad por parte de los ciudadanos con respecto a los gestos de seguridad y al uso de máscaras. Este espíritu de responsabilidad mejora la situación. Pienso, en particular, en la frecuentación de comercios o el mercadillo navideño, actividad que hemos mantenido de acuerdo con las autoridades estatales.

¿Cómo valora las medidas del gobierno francés?

Esta crisis del COVID es grave y compleja. Sin embargo, desde el principio, el gobierno no ha estado a la altura de las circunstancias. Les recuerdo el caso de las máscaras que no fueron útiles y que luego se volvieron obligatorias a pesar de que no se había planificado un stock. Luego ha habido el cierre de locales comerciales cuando autorizamos a las grandes superficies... Este gobierno está sufriendo la crisis y no se anticipa a nada. Su única estrategia es la incoherencia. El problema de fondo es una cuestión de confianza y este gobierno no tranquiliza a nadie.

¿Cuál es el estado de la economía municipal?

Evidentemente, nuestra economía está mal y muy mal equilibrada. Los restaurantes, cafés, hoteles o espacios culturales, pero también el mundo de los eventos y el deporte, todavía tienen estrictamente prohibido trabajar, a pesar de que han demostrado su capacidad para adaptarse a las necesidades de salud. Nuestra economía, ya frágil, sigue sufriendo golpes muy duros ¡y eso debe parar! Este gobierno, en lugar de gesticular en todas direcciones, debe actuar de verdad para que nuestro país y nuestras ciudades aprendan a vivir en este difícil contexto. No podemos seguir destruyendo todo eso.

¿Cómo ayudó el Ayuntamiento a los ciudadanos durante la pandemia?

De inmediato, instalamos una unidad de crisis para responder a todas las preguntas de los residentes, y también hemos creado un centro de cribado masivo en colaboración con laboratorios privados. Desde el punto de vista económico, hemos eliminado el impuesto a los derechos de las terrazas. Por otro lado, también se ha emitido un decreto municipal que autoriza la apertura de comercios locales, una medida que nace para mostrar nuestro apego a los comercios locales. Además, la organización del mercado navideño es también un fuerte apoyo para nuestra economía, y me gustaría subrayar la excelente colaboración con el Prefecto de los Pirineos Orientales en este expediente.

Dada la situación, ¿cuáles deberían ser los retos de la ciudad para el 2021?

La crisis del COVID 19 dificulta nuestro trabajo porque multiplica los obstáculos, pero los desafíos son los mismos. En primer lugar, se trata de restaurar el orden republicano en todas las partes de Perpiñán: es por ello que decidimos que la policía municipal podría estar presente en el terreno las 24 horas del día gracias a la creación de nuestras brigadas nocturnas o la lucha contra ciertos abarrotes nocturnos poco delicados, que generaban muchas molestias y cuyas actividades a veces son ilegales. A continuación, necesitamos renovar nuestros vecindarios en dificultades y permitir que la mayor cantidad de personas posible, especialmente nuestros jóvenes, encuentren el camino de regreso al trabajo. Verá, tenemos que recuperar la ciudad para que la ciudad funcione. Por último, Perpiñán debe recuperar su rango de ciudad mediterránea abierta al mundo exterior y al mismo tiempo estar orgullosa de su cultura rosellonesa, su identidad francesa y su pertenencia de pleno derecho a la República Francesa.

A nivel personal, ¿vivir estos primeros meses como alcalde durante una pandemia es un gran desafío?

Los ciudadanos de Perpiñán me eligieron para poner a la ciudad de pie y sé que no tengo un minuto para perder. Este es mi único desafío y lo único que me importa a mí, pero también a todo el equipo que me rodea. Tenemos que trabajar duro y no tengo ninguna duda de que así es cómo lo lograremos. Tendremos éxito con y para la gente de Perpiñán.

¿Y puede el sentimiento catalán tener cabida en Perpiñán? 

La catalanidad de Perpiñán es una riqueza y una fortaleza para la ciudad y también observo que muy a menudo ha sido reducida al estado de folklore o animación turística por las mismas personas que decían defenderla. Así, Sant Jordi se ha reducido por completo, a pesar de que esta fiesta de la rosa y el libro debe constituir un gran encuentro de raíces culturales. De hecho, le pedí a mi asistente cultural que se ocupara de este tema y se asegurara de que la edición de 2021 dé a Sant Jordi toda la dimensión que se merece.

En cambio, el catalanismo en el sentido de defender una ideología sectaria es un gran error. Perpiñán es totalmente francés y pretendo que sea reconocida y respetada por todos como una ciudad francesa con su cultura y tradiciones, que son muy enriquecedores para nuestra nación. Esta es también la razón por la que no tengo que interferir, de una forma u otra, en los debates sobre el futuro de la Cataluña española. Esta falta de diálogo, esta guerra fratricida y esta intolerancia sectaria perjudican a todos. Francia debe permanecer alerta sobre los grupos que pretenden importar en nuestro suelo un conflicto político que no es el nuestro.

Autor: Redacción