Perpiñán se convierte en un tesoro navideño

Con la llegada de la Navidad también llegan, de su mano, las ilusiones y la magia. Un contexto más necesario que nunca teniendo en cuenta los efectos de la pandemia de la Covid-19, que desde hace ya casi dos años ha influenciado nuestras vidas de arriba a abajo. 

Uno de los lugares de estas fechas que permite evadirse y soñar, sobre todo soñar, es Perpiñán, que este año se ha engalanado como nunca mediante luces, música y muchas actividades para todos los públicos, una apuesta liderada por el alcalde Louis Aliot que tiene un doble objetivo: por un lado, que los ciudadanos disfruten de su ciudad debidamente vestida por Navidad, y por el otro, que la capital del Rosellón se reivindique como uno de los epicentros navideños del territorio. 

Así, en declaraciones a este medio, Aliot valora muy positivamente la apuesta navideña de la ciudad, que ya se ha traducido en estos primeros días con muchas visitas desde distintos puntos de la geografía española: incluso, han llegado autocares desde Valladolid, así como de otras ciudades o pueblos que nunca antes habían visitado la ciudad. Para el alcalde, esta promoción resulta muy optimista para la economía de la ciudad, pero también para la divulgación de Perpiñán al exterior, ya que muchas personas llegan a conocer una capital que antes desconocían.

Luces, música, actividades

Son muchos los atractivos que inundan estos días la ciudad de Perpiñán. El punto de partida tuvo lugar el pasado sábado, 4 de diciembre, cuando el mismo Aliot presidió la inauguración de la fiesta navideña asistiendo a algunos de los espacios más icónicos, como por ejemplo la plaza de Verdun, al pie del Castellet, donde se inició un recorrido lleno de luz, música y las buenas vibraciones propias de la Navidad. 

Y es que estos días la ciudad es sinónimo de alegría y de fiesta, y son muchos los elementos que permiten dicho escenario. Desde la gran noria ubicada a la plaza de la Victorie, que obliga a los transeúntes a mirar con la boca abierta hacia arriba, hasta los distintos mercados medievales repartidos por la ciudad, donde se pueden encontrar auténticas joyas artesanas. Todo ello se complementa con otros atractivos cabdales, como la perfecta decoración luminosa en espacios como la Catedral, pistas de hielo, como la que luce en la plaza République o grandes árboles navideños, listos para proteger los regalos. 

Autor: Redacción