Un año de los atentados Yihadistas. Muchas dudas, demasiada política.

En estas horas la mayoría de medios estarán sirviendo noticias con motivo del primer aniversario de los atentados yihadistas de Barcelona y Cambrils. Muchas incógnitas aún están sin resolver. Tras las últimas informaciones parece cada vez más clara cierta negligencia en la gestión de la información de los Mossos d'Esquadra. Una policía que se nos dijo ejemplar desde el Govern de Puigdemont y que, a tenor de lo visto, no estuvo a la altura de las circunstancias.

Tampoco verán en muchos titulares el uso de la palabra yihadistas para definir a los terroristas. Ha habido momentos que uno ha pensado, sobre todo si mira tv3, que “los chicos de Ripoll” casi actuaban por accidente. No hace falta decir que también se ha obviado su formación educativa en el sistema “integrador” catalán. Por citar una anécdota del descontrol informativo “policial” hay que recordar que en enero del 2016, o sea casi dos años antes de los atentados, tres de los miembros de la célula, entre ellos el conductor de las Ramblas, fueron identificados por la policía local de Salt por rezar delante de la comisaría de los Mossos. Unos meses más tarde fueron empadronados, con subvención incluida, en el ayuntamiento de Alcanar gobernado por ERC.

Vean en apenas dos párrafos hemos escrito sobre los errores de los Mossos, del sistema educativo, del Govern de Puigdemont – aquí podríamos añadir las mentiras -, de la poca diligencia de un gobierno local de ERC en Alcanar. Pero, ¿saben que harán los radicales en Cataluña? Pues manifestarse contra el Rey. Desaparecido Rajoy, todos los focos en el Felipe VI. Para ellos, los Mossos geniales, el govern genial, el sistema genial, y los muertos... que les importan, que se callen.

Es vergonzoso que unas horas antes de celebrarse los actos precisamente los familiares de los muertos hayan tenido de explicar que han sido abandonados. Algunos políticos, aquí debemos incluir a los Mossos que se han creído políticos, se han olvidado que un atentado no es tiempo de medallas sino de muertos. Y uno puede ser monárquico o no, pero la presencia de la más alta Institución del Estado no puede ensuciarse un día como hoy, porque no sería un ataque al Rey, sino un ataque a los muertos.

Y los independentistas tienen ya un Curriculum atroz, pero llegar a atacar a unos muertos no es ya una inmoralidad, sino es un hecho que no debería entrar en una mente con una inteligencia mínima. Muchos radicales durmieron satisfechos con el atentado. Hay que decirlo, de una vez, así de claro, ya que creían le habría una puerta hacia su independencia. Sólo una mente muy enferma puede querer sacar provecho de un muerto. Sólo una mente enferma puede elevar sus anhelos por encima de unas victimas. Atacar hoy al Rey es atacar la memoria de los muertos.

Autor: Carles Enric López/GN