Siempre es reconfortante conocer personas como Quino, un cordobés de 44 años aficionado al mundo de la radiodifusión desde un punto de vista apasionado y romántico, pero también vital. Y es que su vínculo con las ondas nació y se cultivó de pequeño, con solo 8 años ya era un asiduo a programas de todo tipo que escuchaba sin entender los porqués, pero fue en la adolescencia, cuando perdió la vista con 16 años, cuando esta relación llegó a su etapa más fortalecida.
Antes, Francisco Javier Ceular Jeremias, su nombre completo, ya había destinado tiempo al onanismo: con una emisora de banda ciudadana, un regalo de su padre en el verano de 1982, nuestro protagonista abrió su mundo y conoció personas de todos lados del planeta, una globalización que persuadió al joven hasta el punto de hacerle soñar en dirigir su propio programa radiofónico y presentar sus canciones. “Siempre he sido un fanático de la radioafición en el sentido más amplio de la palabra, es decir, me encanta escuchar la radio, la radiodifusión y la locución”, explica Quino antes de recordar su primera experiencia como locutor.
Este momento llegó en 1988, cuando su buen amigo Jesús Criado le fabricó una emisora experimental de frecuencia modulada con la que Quino emitió sus programas musicales durante el verano. Había nacido Radio Disco, un proyecto que se amplió el año siguiente con más cobertura antes de terminar su andadura. ¿El motivo? La existencia de más proyectos.
Así, pocos años más tarde, el 1991, Quino realizó un paso agigantado de conocimientos radiofónicos al lado de su gran amigo Francisco Ortiz, quien le brindo la posibilidad, junto con otro amigo común, Rafael Marín, de participar en su programa musical en Onda Pasión, emisora entonces dirigida por otro apasionado del mundo de la radio, José María Ordóñez, quien un día cogió de la mano a Quino y le dijo, tajante: “Sigue así porque vas a llegar lejos”.
Una trayectoria de gran recorrido
La vida profesional de Quino ha estado entrelazada con muchas otras emisoras. Una de ellas fue Radio Lupa, donde el cordobés, a partir del 1993, inició una aventura que lo llevó a conocer compañeros, más tarde grandes amigos, como Rafael Ramos, Jorge Ruano, Rafael Vázquez, Paco Trujillo o David Santos.
Aquella época de los noventa fue radiante para Quino. Fue en estos años cuando conoció referentes en su vida como Manuel Durán, su mano derecha en todos sus proyectos radiofónicos, y también cuando se adentró en Canal Once, donde compartió estudio con compañeros de la talla de José Miguel Vila, Fernando Laguía, Raúl Hernando, Natalia Santa Marina, Gracia Santiago o Sergio Arias, muchos de los cuales lo han acompañado en andanzas radiofónicas posteriores.
El lector ya habrá intuido, obviamente, que la invidencia de Quino no fue impedimento para frenar su pasión. Todo lo contrario, de hecho. “El empuje que me dio la gente de la radioafición y mis ganas por la radio comercial dejaron a un lado la carencia de la vista que tenía por otro lado. Estoy muy en deuda con la radio, me ha llenado en todas sus vertientes”, dice Quino antes de sincerarse: “Me quedo con escuchar antes que locutar. Hablar es importante pero escuchar a los demás enriquece mucho más al ser humano”.
Y con el nuevo milenio no dejó de escuchar, pero tampoco de hablar a través de las ondas. Así, en 2005 comenzó unos microespacios en Onda Cero Córdoba de la mano de Antonio Zurita, una sección donde Quino hablaba de la radioafición y que llegó a obtener una gran popularidad, tal y como así determina su recorrido: el último programa se grabó en 2017.
En 2010, Quino, animado por Raúl Capputo y todo su equipo, formó parte de Sol FM Radio, primero como asesor y más tarde, en 2011, como cabeza pensante de “Los lentos al Sol”, un espacio para la relajación que sonaba a partir de las doce de la noche. Poco después, su voz también se dejó escuchar en otros proyectos, como en el programa 'El mundo en nuestra antena', gracias a Arturo Vera, o en Sol FM Andújar y Cadena Luna, mediante las gestiones de Raúl Díaz y Manuel Puñal, respectivamente.
Además, el itinerario radiofónico de Quino también ha escrito episodios de gran responsabilidad, como el que llegó a finales de 2013 cuando se puso delante de Radio Posadas, una emisora con casi treinta años de historia que le brindó la posibilidad de disfrutar de todos los aspectos de la radio municipal: desde entrevistas y retransmisiones hasta actos benéficos y noticias del pueblo.
Los proyectos personales
También en 2013 nació Intimidad Radio (www.intimidadradio.com), un proyecto personal de nuestro protagonista que vio la luz fruto de su pasión para poder compartir su gran afición por la música 'new age'. Con el tiempo, dicha emisora fue modulando su programación e incluyó otros géneros como el pop o un sinfín de clásicos de los ochenta, pero este cambio de rumbo no hizo desaparecer el proyecto inicial, puesto que en agosto de 2017 nació Intimidad Relax (www.intimidadrelax.com), una emisora que recuperaba la esencia de los primeros años de su antecesora.
Actualmente, estos proyectos se mantienen fuertes y vitales gracias, en parte, a la colaboración de grandes amigos como José María Romero. Y una de las actividades que se desarrollan desde sus ondas, cuenta Quino, es la de visitar los colegios e institutos cercanos para hablar de la radiodifusión a los chavales. Difícilmente las nuevas generaciones podrían tener un mejor anfitrión.
Autor: Redacción