La búsqueda del pequeño Julen, el niño de dos años que cayó el pasado domingo en un pozo de 107 metros de profundidad de Totalán, en Málaga, continúa manteniendo en vilo a todo el país. En estos momentos, los equipos de rescate están ultimando los trabajos previos necesarios para poder horadar un túnel que conduzca hasta el lugar donde se espera que esté el pequeño.
Hasta el momento, el rescate se ha efectuado con máxima prudencia. Así lo requiere un contexto donde predomina la orografía y los materiales del terreno y las dificultades que tienen las máquinas y la tecnología para llegar hasta el lugar donde se encuentra el agujero. No obstante, la esperanza se mantiene, y más desde esta mañana, cuando la subdelegada del Gobierno en Málaga, María Gámez, ha confirmado el hallazgo de “restos biológicos” que, como se ha comprobado durante el día de hoy, corresponden a Julen. Las primeras hipótesis es que podría ser pelo del niño.
Al final de la tarda, la tuneladora con la que se prevé ejecutar el túnel horizontal para llegar hasta Julen ha llegado al lugar de los hechos. Es a partir de esta noche, cuando se iniciarán los trabajos de rescate, cuando comenzará la parte más delicada del proceso. Uno de los técnicos que está trabajando de manera voluntaria en las tareas de rescate, Miguel Ángel Nevado, ha señalado esta tarde la dificultad que requiere la actividad, dado que se está realizando, ha explicado, “un trabajo muy complejo, que exige introducir un robot, cámaras, un equipo de succión y un equipo de aire a más de 70 metros de profundidad y por un orificio de un tamaño de entre 20 y 25 centímetros”. “Y todo eso hay que dirigirlo desde la superficie con un monitor. Es como una operación de laparoscopia, que debe ser ejecutada con una grandísima precisión”, ha añadido el técnico.
Posibilidades de supervivencia
Ya han pasado tres días desde que Julen cayera en el pozo y todavía existen posibilidades de supervivencia. Así lo especifican los médicos, que creen que todavía hay esperanza de que el pequeño haya sobrevivido. “Tenemos la esperanza de que no esté muerto, aunque nosotros lo estamos. Parece que llevamos aquí meses”, ha comentado José Rosello, el padre del bebé, a los medios de comunicación presentes. El progenitor no se ha movido del lugar desde el pasado domingo: duermo en un coche aparcado a escasos metros del agujero y no pierde detallo de la evolución de los trabajos de rescate.
Autor: Redacción