Los independentistas se pelean por los nombres propios

Otra pelea del bloque separatista. Esta vez, por culpa de los ‘egos’ que hay dentro de ERC y Junts Per Catalunya. Siempre en el caso de ganar las elecciones, desde ERC consideran que Oriol Junqueras tiene que ser el nuevo ‘president’ de la Generalitat de Catalunya. A pesar de estar en la cárcel, ERC considera que Junqueras es la persona indicada para dirigir la nueva legislatura. Bien distinta es la visión de Junts Per Catalunya. La antigua Convergencia quiere restaurar el ‘Govern’ cesado con la aplicación del 155, y evidentemente, apuestan por la figura de Carles Puigdemont. Los nacionalistas entienden que Puigdemont es el ‘president’ legítimo de Cataluña y lucharán hasta el final para imponer su tesis. Es obvio que las posturas de los principales partidos independentistas chocan y esto perjudica, y mucho, el intento de volver a impulsar el ‘procés’.

Las diferencias entre ambos partidos van ‘in crescendo’. Y es que los mensajes son cada vez más distantes y los líderes independentistas no han estado ni están a la altura de la situación. Si bien es cierto que Junqueras y Puigdemont son dos líderes carismáticos para el independentismo, ninguno de los dos ha actuado con responsabilidad. Uno está encarcelado, y el otro se ha fugado a Bruselas dejando a medio ‘Govern’ cesado en prisión. Una actitud impropia de alguien que quiere gobernar una comunidad autónoma tan compleja como Cataluña. La conclusión que pueden sacar desde el independentismo es bien clara: los partidos separatistas buscan el interés particular antes que el objetivo final, que no es otro que la independencia.

La frustración de los ciudadanos que han defendido el ‘procés’ puede influir en los resultados del 21-D, ya que se ha evidenciado que la República Catalana era una objetivo imposible. Y lo peor de todo, tanto ERC como Junts Per Catalunya lo sabían. La situación actual se parece a la que se vivió a finales del 2015. Convergencia ganó las elecciones pero la CUP evitó la investidura de Mas y por consecuencia, la aprobación de los Presupuestos. Más tarde, a principios de 2016, Mas renunció a ser ‘president’ para contentar a la CUP. Esta vez, la pelea la protagonizan ERC y Junts Per Catalunya, pero el denominador común es el mismo: priorizar los nombres propios antes que la independencia. Será entretenido saber como acaba el ’show’ independentista. Eso sí, siempre y cuando ganen las elecciones del 21-D. Evidentemente una victoria de Ciudadanos seria un varapalo definitivo para el ‘procés’ y para los dos grandes partidos separatistas.

Autor: Redacción